Mientras los chicos llegaban al comedor, empezó a salir el sol, así que pudimos aprovechar el espacio afuera para jugar y levantar el castillo inflable. El show estuvo muy bueno,
Llegué a casa cansada pero muy contenta, pensando que todos los que compartimos ese día, a la noche sonreímos antes de dormir.
Me gustó mucho ver a Nahuel tan bien de ánimo y riendo todo el tiempo. Mejoró mucho su calidad de vida, gracias a sus ganas de vivir, y a la ayuda y la fe de todos.
Gracias a todos los que colaboran!
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